El apego es ese vínculo que construimos con nuestros padres y/o cuidadores desde que nacemos, y éste es crucial para nuestro desarrollo social y emocional. A lo largo de nuestra vida también vamos construyendo otros tipos de apego hacia personas distintas de los padres. Pero, a menudo, el apego familiar es la base para las otras formas de apegos posteriores. Y es que, cuando este primer apego es inseguro, genera miedo posterior a sufrir, a ser abandonado o que te rechacen. Este sentimiento condiciona la forma con la que te relacionas con los demás y contigo mismo/a, y puede llevar a dificultades, limitaciones y sufrimiento. Si sientes que:
– Tienes un miedo constante a la separación o a sentirte solo/a.
– Buscas constantemente la validación o aprobación por parte de los demás.
– Sueles tener dificultades para confiar en los demás.
– Tienes necesidad de mantener tus emociones controladas.
– Mantienes habitualmente relaciones caóticas e inestables.
– Tienes una gran dificultad para identificar y gestionar tu mundo.
– Mantienes conductas disruptivas y problemáticas como adicciones, agresividad y dificultad para controlar tus impulsos.
Entonces, mantienes una relación disfuncional con tu entorno, y podemos ayudarte a solucionarlo.